Interesante, esa es la razón por la que estás aquí. Reconozco que si
fueras más bajo y tuvieras las manos pequeñas no quedaríamos en la misma
conversación, ni tampoco en la misma frase, ni compartiríamos letras,
pero tienes la mirada intensa, los labios carnosos y me hablas con
palabras diminutas que saben a sobresdrújulas. ¿Qué parte de mi cuerpo
te apetece acentuar?
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