sábado, 28 de abril de 2018

Me cosquillean los dedos...

Siempre que escucho esta canción me cosquillean los dedos, será que las palabras se arremolinan encendidas buscando una sentencia directa y transparente, será que tu recuerdo se acerca a mi espalda y recorre mi piel, será que te necesito a mi lado.


viernes, 20 de abril de 2018

Me desnudas con la mirada...

Me desnudas con la mirada, así de directo eres al llegar a casa y verme bailando en la cocina, en el estéreo suena Mario Biondi, últimamente me observas con detenimiento, lo noto, deslizas tu mirada por todas mis curvas, te detienes en algunas y sigues marcando territorio, buscando por donde acceder a mi cuerpo, es sencillo, saca unas cervezas del frigo y prepara algo de picar y tendrás ganado la mitad de mi espacio.
Coqueteo con tu deseo, me la juego, pretendo declararme, pero antes de concluir me interrumpes, comentas que sobran las palabras cuando hay silencios que saben a más. 


lunes, 16 de abril de 2018

Hace días que llego a casa y ya estás...

Hace días que llego a casa y ya estás, me evado y sigues ahí, remiendo descosidos y me pespunteas, te beso y me abrazas con todos tus deseos.
Hoy comentas que me echas de menos, que si pudieras pasarías horas y horas sin perderme de vista, que te gusto sin nada, que me observas dormir solo por el simple placer de acompañar al unísono mi respiración, que a veces resuello, pero muy suave, como si fuera el ronroneo de una moto en la distancia, que soy como el café. Y yo me dejo que me tomes, sin edulcorantes, caliente y de un trago.
A mí también me gustas sin nada.


lunes, 9 de abril de 2018

No es fácil...

No es fácil, no, pero aquí estoy. No voy armada ni pretendo armarla. Llevo el corazón en trizas y el alma con tiritas. No es fácil, no, pero aquí estoy. Busco la calma y no pierdo la esperanza.


No es fácil, no, pero aquí sigo.


jueves, 5 de abril de 2018

Despega el día...

Despega el día, lo sé por ese profundo olor a cafeína que recorre la casa, por esa cadencia en la ducha, por esa melodía que suena desde el salón, por tu perfume, ese que se agarra a mi cabello para que no me olvide de que existes.
Recuerdo la primera vez, y no, no hablo de aquel encuentro carnal, me refiero a aquella oportunidad, al instante en el que podríamos no habernos cruzado pero lo hicimos, a tu primera palabra, o mejor, pregunta, a mi respuesta.
Hablo de lo que se queda grabado bajo la piel para que no te olvides de que existo, para que no me olvide de que existes.