Nuestra historia es como todas, la única diferencia es que es de domingo y sabe a sábado.
Algunos lunes también nos reconocemos entre las sábanas,
incluso desayunamos juntos los martes salvajes que nos recuerdan que estamos
embargados por la melodía más tierna. Y al llegar los miércoles abandono mi
piel entre tus manos, dejo que grabes la esencia de mi perfume para esos jueves
obtusos y rectos, sin canción y bajo la lluvia. ¡Ah! A veces nos besamos bajo
los paraguas, todo depende de la hora.
Y al alcanzar los viernes se me aceleran las
mariposas y laten revoltosas por la casa, revoloteando entre dos copas de vino
y tu mirada.
Nuestra historia es como todas, la única diferencia
es que degustamos cada día y cada sábado nos volvemos a enamorar.
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