Lo cierto es que llevamos meses comprometidos con la vida, conversamos en profundidad en la terraza, en el sofá nos silenciamos con la manta y en el lecho nos comunicamos en morse.
miércoles, 27 de abril de 2016
Vuelve la calma...
Vuelve la calma, la que retorna tras la tempestad,
la que sabe a ti. Y regresa sin miedos, directa a mí. Hacía días que dormía con
tu recuerdo, agarrada a una almohada que llevaba impronta tu perfume. A estas
horas ya estás aquí, me cubres con la manta y preparas café, el atardecer se
engalana en la terraza, ventean los vaqueros en el tenderete, simulan una escena
cinematográfica de los 90, en cualquier momento te acercarás con la cafeína y
el compromiso, me ruborizaré y brillarán mis ojos, comentarás aquello tan cursi
de que no te imaginas la vida sin mí, se me acelerará el pulso y me vendrán los
calores, me alcanzarás un abanico al tiempo que reiremos de esa complicidad.
Lo cierto es que llevamos meses comprometidos con la vida, conversamos en profundidad en la terraza, en el sofá nos silenciamos con la manta y en el lecho nos comunicamos en morse.
Lo cierto es que llevamos meses comprometidos con la vida, conversamos en profundidad en la terraza, en el sofá nos silenciamos con la manta y en el lecho nos comunicamos en morse.
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viernes, 22 de abril de 2016
El amor es ciego...
El
amor es ciego. Tan ciego como el mar en calma. Tan cegado como la pasión loca,
la justicia o la magia de la primera vez.
Hay ocasiones en las que no veo más allá de este instante, omito realizar un paso en falso, me remito a ser la remitente de las cartas, observo como rasgas el sobre, extraes la misiva y te sientas en la terraza. No suelo interrumpirte durante el proceso, ni veo ni escucho ni oigo, tan solo espero tus dedos despegando mi piel, dentro galopa mi alma desbocada. Cuando se trata de sentimientos que deslumbran nada mejor que la horizontalidad de la noche y el sonido del mar.
Hay ocasiones en las que no veo más allá de este instante, omito realizar un paso en falso, me remito a ser la remitente de las cartas, observo como rasgas el sobre, extraes la misiva y te sientas en la terraza. No suelo interrumpirte durante el proceso, ni veo ni escucho ni oigo, tan solo espero tus dedos despegando mi piel, dentro galopa mi alma desbocada. Cuando se trata de sentimientos que deslumbran nada mejor que la horizontalidad de la noche y el sonido del mar.
martes, 19 de abril de 2016
Aterrizo en la edad salvaje...
Aterrizo en la edad salvaje (SIC Aure) sin paracaídas, para qué guardar la compostura si no pretendo ya
esconderme de nada ni de nadie. A día de hoy he ido modelando mi cuerpo con
placeres tales como comer y beber, con la adrenalina del deporte, con las
mariposas de los retos, a base de savoir
faire y mejor compañía, y a mi corazón le he dado pasión, en todos los
sentidos, por la vida, por el trabajo bien hecho. Y sí, este último año ha sido
de los escalofriantes, he vibrado, he reído, he llorado, he amado intensamente,
he decidido por mí, porque al final es lo que somos, todo lo que sentimos y lo
que decidimos, lo que reímos, lloramos, compartimos, lo que queremos y amamos,
y aquello de lo que renegamos, somos todo lo que cada año, ese día hemos ido marcando
a fuego en nuestra piel.
Y no llevo dobleces ni hablo fuera de tiempo, soy
persona de palabras y de palabra, detesto la mentira, la hipocresía y incoherencia.
Y no, no soy perfecta, pero sí soy única, única e irrepetible (y menos mal,
jajaja).
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domingo, 17 de abril de 2016
Convinimos en no volver a vernos...
Convinimos en no volver a vernos por eso de hacer
la distancia menos dolorosa. Acordamos que aquella sería la última vez y esa y
esta, siempre que nos cruzamos decidimos amarnos y después, intentar
olvidarnos.
Han pasado ya casi dos años de nuestro primer
encuentro, dos gintonic, tres cervezas, un par de tequilas y un karaoke. Nadie
me había perfilado tanto como tú. Las siguientes fueron más de andar por casa,
más, como decirlo, familiares, incluso hubo una que pecaste de romántico, creo
que esa noche pasamos a la acción.
Acabas de llamar para vernos, una cena ligera con
amigos, has dicho con despego en tus palabras, o eso intentas. Si al final todo
es cuestión de intentarlo. Probar a no sentirte cuando me abrazas, a no
respirarte, a no percibir tu cálida piel bajo la camisa; intentar no desearnos
al mirarnos, obviar que estamos destinados a compartir noches intensas y días
especiales, en los que hacernos sentir únicos. Tú de eso sabes un rato y yo ya
vengo aprendida de casa.
Esta noche te convidaré a besarnos, por eso de
hacer la distancia más cercana.
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Tony Bennett
lunes, 11 de abril de 2016
Hoy he tonteado con un sueño...
Hoy he tonteado con un sueño con sabor a sal y a la
magia de la primera vez. Entré de frente, en perpendicular, decían, ahuyentando
miedos, salpiqué a la inocencia de mi infancia, recordé mi edad y me reí de
ella, y del futuro, me alié con el presente y calculé el logaritmo neperiano de
la tarde. Y apareciste. Sobra comentar que me invadieron las ganas y el deseo,
que tus manos moldearon mis hombros y tu boca besó mi nuca.
Tus matemáticas son mi mejor alternativa para las
agujetas.
martes, 5 de abril de 2016
Hay rincones en casa que mantienen esa indómita materia que nos une...
Hay rincones en casa que mantienen esa indómita
materia que nos une. La luz cálida de la tarde que aterciopela el sillón, la
fragancia intensa a cítricos que llega desde el jardín y se mezcla con la del
vinilo que suena en el gramófono, Musica
Notturna delle Strade di Madrid, de Boccerini, la ligera virtualidad del espejo
donde a ratos vemos pasar la vida, la regia textura de los libros
reconvertidos, tu perfume al llegar a casa.
Me siento y retomo el libro que abandoné ayer sobre
la cómoda. Dispongo de un rato para perderme entre su historia antes de que
vuelvas. Después te emplazaré en la terraza, una copa de vino, el Cannon en D major de Pachelbel y la salvaje
nocturnidad con la que nos enlazamos sin más.
sábado, 2 de abril de 2016
Estaba haciendo la cama...
Estaba haciendo la cama cuando regresaste de la playa con las cholas en la mano.
“Deshagámosla ahora, no perdamos más tiempo”, pronunciaste mientras entrabas en la ducha, te seguí.
Nos acercamos al crepúsculo, es hora de observarse con la piel, rasgarse por dentro, abrirse y jugar a que somos parte de una historia que no espera bajo un paraguas, ni en una parada de guaguas, que formamos parte de una balada en la que en el estribillo nos cruzamos y en el último acorde percibimos que no será nuestra última canción.
“Deshagámosla ahora, no perdamos más tiempo”, pronunciaste mientras entrabas en la ducha, te seguí.
Nos acercamos al crepúsculo, es hora de observarse con la piel, rasgarse por dentro, abrirse y jugar a que somos parte de una historia que no espera bajo un paraguas, ni en una parada de guaguas, que formamos parte de una balada en la que en el estribillo nos cruzamos y en el último acorde percibimos que no será nuestra última canción.
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