5 de mayo
Las cebollas ya no me hacen llorar y
eso, me preocupa. Y es que me puse a seccionar el bulbo para preparar un
pescado al horno y al acabar aún no había sentido la tristeza.
Hay quien dice que es culpa de los
transgénicos, otros lo achacan a la mala calidad del supermercado al que acudo
semanalmente. A mí lo que me preocupa es que ya no lloro cuando corto cebollas
y sí cuando no lo hago.