Echo de menos las matemáticas que alcanzamos cuando estamos juntos, las sumas, las potencias y los iguales. Te añoro entrando en casa, retornando después de un largo viaje, soltando la casaca, el equipaje y agarrándome con solvencia. Y no, no te perseguiría, ni pretendo que tú lo hagas conmigo, mejor nos tropezamos entre el desayuno y la ducha, te acaricio la cara y tú me besas con pasión, mejor nos amamos que para la guerra ya están desgraciadamente los periódicos de mañana.
viernes, 11 de diciembre de 2015
Te confieso que no te seguiría hasta el fin del mundo...
Te
confieso que no te seguiría hasta el fin del mundo, ni dejaría que condujeras mi
coche, tampoco te organizaría una fiesta sorpresa por tu cumpleaños. Temo que
por perfilar con insistencia nuestra historia esta se desgaste, mejor te voy
contando sobre la marcha.
Echo de menos las matemáticas que alcanzamos cuando estamos juntos, las sumas, las potencias y los iguales. Te añoro entrando en casa, retornando después de un largo viaje, soltando la casaca, el equipaje y agarrándome con solvencia. Y no, no te perseguiría, ni pretendo que tú lo hagas conmigo, mejor nos tropezamos entre el desayuno y la ducha, te acaricio la cara y tú me besas con pasión, mejor nos amamos que para la guerra ya están desgraciadamente los periódicos de mañana.
Echo de menos las matemáticas que alcanzamos cuando estamos juntos, las sumas, las potencias y los iguales. Te añoro entrando en casa, retornando después de un largo viaje, soltando la casaca, el equipaje y agarrándome con solvencia. Y no, no te perseguiría, ni pretendo que tú lo hagas conmigo, mejor nos tropezamos entre el desayuno y la ducha, te acaricio la cara y tú me besas con pasión, mejor nos amamos que para la guerra ya están desgraciadamente los periódicos de mañana.
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