Espero
que sepas como llegar a mi cama. No necesitas un plano de coordenadas, ni
brújula, estoy al principio de tu vida, la que dejaste aparcada una mañana
frente al Teide, querías compartir un leche y leche y yo te comenté que
desayunaba desnuda.
Para
una noche no precisas mapas, para dos quizás sí. No es cuestión de permitirte
adentrarte en mi vida fácilmente, tendrás que sudar la camiseta y sonreír.
Y
para el resto del trayecto, te delineo un esquema de altibajos, de risas, y
sobre todo de mi cuerpo para cuando no sepas por qué estás aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario