sábado, 11 de abril de 2015

Qué difícil


Qué difícil es la primera persona del plural,

qué complicado acomodar los pronombres y darles el lugar perfecto.

Qué complicado es ajustar los tiempos al hablar,

respirar sin sobresaltos,

atenuar en las comas y frenar al punto.

Respetar los pronombres tú y yo como partes de un nosotros,

nunca como entes necesarios para una sentencia.

Esperar que lleguen los modos y con ellos

la subjetividad de las hipótesis,

si yo te hubiera conocido antes

si tú me hubieras descubierto primero

tal vez nosotros seríamos el sujeto de una historia

que comienza junto a un verbo

y finaliza con un signo ortográfico.

Qué arduo es corregir errores,

marcarlos escarlata

y esperar que no vuelvan a repetirse.



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