sábado, 29 de diciembre de 2012

La amistad....




La amistad nace por casualidad. Un día estás tomando un café con un amigo y este se tropieza con otro, y es entonces cuando las esencias ajenas se cruzan, se organizan y tras unas palabras notas que es afín a ti.
Pasan los días, subvencionados por palabras y algún que otro mensaje, y decidís romper con la distancia y quedáis, entra entonces en juego el tiempo, la calidad de este al calor de un cortadito, algo de música y buena conversación. Que en lo sucesivo las citas y llamadas sean más habituales depende de ese primer contacto.
Las amistades se afianzan a base de recuerdos, “¿te acuerdas del día que…?”, “Claro, nunca podría olvidarlo…”, esas sentencias son como las cartas en un castillo de naipes, el día que una de ellas se desequilibra lo hace todo lo conseguido hasta ese momento. Las amistades se conservan sin mentiras, sin condiciones, sin sobresaltos. A un amigo no se le puede exigir, el amigo está sin que se lo exijas.
Abogo por esas amistades que saben estar y ser, que sienten a pesar de la distancia, que ronronean al caer la tarde, que mantienen recuerdos a base de fotografías y risas silenciosas.
Los amigos nacen por casualidad y solo algunos se quedan toda la vida.

1 comentario:

aguaclara dijo...

Como siempre,sigues enamorándome con tus temas,no sabes cuánto te envidio...!!!
Un beso grande,TE QUIERO mucho...