Hay días que amanece y estás, un café y un beso, y miles de instantes que recordar en futuro. Hay presentes que recorro con tus manos, agilizo la atardecida para reencontrarte al borde de mis labios, y tras el choque me sitúo a tu lado en el sofá esperando, y tú me observas reservando el truco para el postre.
Y a estas horas pienso que lo importante es sumar días, no importan que sean lluviosos, soleados, desconocidos o incluso recurrentes, que sean dulces o aterricen a destiempo e incluso que despeguen a deshora. A estas horas tu mirada lo dice todo y yo no veo el momento de escribirte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario