domingo, 14 de enero de 2018

Hay días que llueve bajo tierra...

Hay días que llueve bajo tierra que es lo mismo que bajo la piel. Tararea la lluvia una canción de invierno, de las que llevan el estribillo grave y sin pausa, y al concluir se recoge como ese paraguas tras la tempestad.
Hay días que amanece y estás, un café y un beso, y miles de instantes que recordar en futuro. Hay presentes que recorro con tus manos, agilizo la atardecida para reencontrarte al borde de mis labios, y tras el choque me sitúo a tu lado en el sofá esperando, y tú me observas reservando el truco para el postre.
Y a estas horas pienso que lo importante es sumar días, no importan que sean lluviosos, soleados, desconocidos o incluso recurrentes, que sean dulces o aterricen a destiempo e incluso que despeguen a deshora. A estas horas tu mirada lo dice todo y yo no veo el momento de escribirte.



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