Déjame que te cuente lo que se siente cuando todo se transforma. Súbitamente hay un agudo que penetra por entre la piel, se detiene al lado izquierdo del corazón y palpita, sigilosamente y en fila de a uno las notas acampan junto a los instrumentos, llueve, por lo menos en mi alma, laten acordes plenos de quebrantos, afino las palabras para que no se me revuelvan en la página en blanco, serenan duelos y rupturas sobre cajas de 35 mm, se empolvan junto al pasado y a la vera del tiempo.
Y cierro los ojos e intento dibujar la escena, suprimir las cadencias nostálgicas y convertirlas en fuego. Tarareo de tus labios, limpio la sal de tu rostro y te acompaño con mis manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario