Lo cierto es que llevamos meses comprometidos con la vida, conversamos en profundidad en la terraza, en el sofá nos silenciamos con la manta y en el lecho nos comunicamos en morse.
miércoles, 27 de abril de 2016
Vuelve la calma...
Vuelve la calma, la que retorna tras la tempestad,
la que sabe a ti. Y regresa sin miedos, directa a mí. Hacía días que dormía con
tu recuerdo, agarrada a una almohada que llevaba impronta tu perfume. A estas
horas ya estás aquí, me cubres con la manta y preparas café, el atardecer se
engalana en la terraza, ventean los vaqueros en el tenderete, simulan una escena
cinematográfica de los 90, en cualquier momento te acercarás con la cafeína y
el compromiso, me ruborizaré y brillarán mis ojos, comentarás aquello tan cursi
de que no te imaginas la vida sin mí, se me acelerará el pulso y me vendrán los
calores, me alcanzarás un abanico al tiempo que reiremos de esa complicidad.
Lo cierto es que llevamos meses comprometidos con la vida, conversamos en profundidad en la terraza, en el sofá nos silenciamos con la manta y en el lecho nos comunicamos en morse.
Lo cierto es que llevamos meses comprometidos con la vida, conversamos en profundidad en la terraza, en el sofá nos silenciamos con la manta y en el lecho nos comunicamos en morse.
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