Shoda, gracias por hacer que viviera una de las experiencias más intensas e inolvidables de mi vida.
Hoy hace un año de aquella noche en la que trajiste al mundo a cuatro preciosos cachorros. Aún recuerdo la tarde anterior. El hombre de azul, me comentó que cuando llegara el momento te notaría rara, y así fue. Eran las cuatro de la madrugada cuando me avisaste, llegaba Pipper. Dos horas después apareció Ron, cuyo tamaño era dos veces Pipper. Veinte minutos después apareció Pipo. Y aunque en la eco aparecían tres, a las ocho menos veinte, Niña llegó al mundo para guerrear con sus hermanos.
Tengo suerte, tengo a Shoda, la mejor compañera de vida que nunca imaginé. Y tengo la suerte de poder ver cómo crecen los cachorros.
A día de hoy, Whisky sigue siendo el padre de las criaturas y su mejor amigo.
Un año después, y con todo lo que esta pandemia nos ha traído, aquí seguimos, compartiendo momentos, risas y fotos…
Gracias, Shoda por todo lo que me haces sentir y vivir.
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