sábado, 21 de enero de 2017

A veces cuando quiero inventarte...

A veces cuando quiero inventarte, abro los ojos y miro hacia el pasillo, enciendo el estéreo, conquisto un reino imaginario, me siento en el suelo del salón, en la mano una copa de vino blanco. Entreabro la oscuridad del tramo que lleva hasta la puerta. Suenan unas llaves, sonrío, se me acelera el alma, palpitan margaritas en la ventana. Percibo tu sombra al fondo al encender la luz del dormitorio, sigo apoyada en el mueble, oliendo tu perfume desde aquí, deseando que alcances mis piernas. Tus pasos me llegan por el suelo, vibrantes. Apareces y desapareces, la luz de la cocina, el sonido de la puerta del frigorífico, cristal, líquido chocando contra este, oscuridad y tu mirada. Vas acercándote, me tiendes la mano, me levanto. Me coges la copa y las dejas sobre la mesa. Te envuelves entre mi camisa y me abrazas, me percibes cálida, me besas el cuello, bailamos al compás de una melodía intima, ausente, hace rato que el disco ha acabado.
Hay días que al intentar imaginarte te vuelves real y formas parte de mi vida.


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