Me encontraste dormida cuando llegaste a casa.
Habían sido días de muchas emociones y duelos. Te acercaste y me besaste con la
templanza contradictoria del que no pretende despertar pero le gustaría. Sabes
que tengo el sueño ligero, ya había sentido tu perfume desde que abriste la
puerta, te miré y me di cuenta de lo que duran los besos que se mantienen en la
mirada.
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