martes, 1 de noviembre de 2016

Cicatrices...

Hoy me he quedado pensando en la profundidad de una cicatriz, en lo que enseña y, sobre todo, en lo que esconde. Según el diccionario, una cicatriz es una señal que queda impronta sobre la piel como consecuencia de una herida. La ventaja de estas es que se pueden ocultar con maquillaje; sin embargo hay otras, las que residen en el alma, las que han amado y se han llorado, y con el paso del tiempo se han sosegado (ignoro la amplitud  que el verbo sosegar adquiere en estos casos). A estas últimas no hay cosmético ni afeite que las cubra, estas no hay qué ni quién las borre, podrían mínimamente transformarse, podrían incluso repetirse y abrirse, y si lo piensas bien, esa marca es una de las muchas que conforman nuestro mapa personal, esas huellas nos han hecho quienes somos.

Esas huellas me convierten en lo que soy ahora, y  esto nunca no voy a renunciar.


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