Hoy comentas que me echas de menos, que si pudieras pasarías horas y horas sin perderme de vista, que te gusto sin nada, que me observas dormir solo por el simple placer de acompañar al unísono mi respiración, que a veces resuello, pero muy suave, como si fuera el ronroneo de una moto en la distancia, que soy como el café. Y yo me dejo que me tomes, sin edulcorantes, caliente y de un trago.
A mí también me gustas sin nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario