Tu compañía,
esa que me acelera el corazón cuando regresas cada tarde, la que conoce de mis
ausencias obligadas, la que duerme junto a mí algunas noches, esas que deseas
que te cuente una historia o que esta nos convierta en protagonistas. Adoro tu
compañía, la de los plenilunios tangentes y la de la oscuridad táctil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario