miércoles, 8 de noviembre de 2017

Shoda...

Gracias por llegar a mi vida.
Gracias por aceptarme.
Gracias por hacerme la persona más feliz del mundo.
Por esa mirada que dice tanto. 
Gracias por adaptarte a mi vida y a mi mundo.
Por acompañarme mientras escribo, enroscada.
Por esperar mi regreso cada vez que salgo de casa.
Gracias por despertarme cada mañana, qué más da la hora, porque verte tan feliz me llena de alegría. 
Por estar al cabo del día junto a mí, en ese sofá al que saltas como un torbellino.
Por escuchar música conmigo. 
Gracias por suspirar cuando estamos juntas al final del día y por esa mirada que me enamoró, y por la que firmaría ahora mismo pasar el resto de mi vida contigo.
Te quiero, Shoda. 


No hay comentarios: