martes, 28 de noviembre de 2017

Cada vez que me invade la nostalgia...



Cada vez que me invade la nostalgia, tú estás ahí para salvarme. A estas alturas de mi existencia tu presencia forma parte de mi bagaje y, sobre todo, de mi vida.

¡No te imaginas cuánto!...

¡No te imaginas cuánto!, eso me comentaste al verme regresar del paseo. Mi sonrisa me delataba, mi compañera de paseo saltó en el sofá y te miró. Habían sido días de oleajes, de ahí tu comentario.
Fui directa a la ducha, tú abriste una cerveza y pusiste música mientras ella te observaba. Adoro la complicidad con la que amerizamos cada atardecida, nada falta ni tampoco sobra, todo está perfectamente sintonizado, desde tu desorden hasta mi armonía, el hilo musical son sus entusiasmados latidos.


lunes, 27 de noviembre de 2017

A tu lado las letras se vuelven sentencias...

A tu lado las letras se vuelven sentencias con sujeto y predicado, y un verbo que las une para que no se rompan.
A tu lado el tiempo se convierte en aire y deja de caer dentro de ese trombón de cristal transparente.
A tu lado todo forma parte de una maravillosa y melódica canción de Gladys Knight, volviendo a casa después de una cita.
A tu lado dejo que las cosas transcurran sin querer y queriéndote.



sábado, 25 de noviembre de 2017

Acabo de volverme a enamorar de ti...

Acabo de volverme a enamorar de ti, de forma consciente, no como la otra vez, la primera, cuando nos conocimos. Ahora que te veo al trasluz y con perspectiva, ya no eres la magia del momento, eres real.
Acaricio tu rostro, surco con mis dedos esa barba de tres días, interpreto tu sonrisa y beso tus labios. Tu gesto es lo mejor del día, juego con tus silencios y aplico palabras a la cena mientras en el estéreo suena esa melodía. Esta vez no hubo dejá vu.
Ahora que te miro, dejé de soñarte el día que desperté en tu mirada.




viernes, 24 de noviembre de 2017

Hay un laberinto en la alcoba...

Hay un laberinto en la alcoba, comienza en la esquina derecha de la cama, a mis pies, y alcanza mis delirios. Un laberinto de sentimientos, un mecano de sensaciones.
Querer a ciegas y amar sin límites.
Saber dónde comienza todo, obviar el final.


martes, 21 de noviembre de 2017

Tus últimos mensajes fueron de lo más sugerentes...

Tus últimos mensajes fueron de lo más sugerentes, los leí por encima por miedo a volverme a enamorar de ti. Comentabas que pretendías besar cada uno de mis tatuajes, que sería una noche interminable, que soñabas conmigo incluso despierto. Cerré los ojos y te imaginé, ni el tiempo pudo borrar tu imagen de mis ojos, y menos de mis labios.

Llevamos dos amaneceres juntos, conversaciones pendientes bajo las sabanas y miles de instantes para el recuerdo.
Llevamos toda una historia en la piel para contarnos.

 

jueves, 16 de noviembre de 2017

Llevo días sonriendo al despertar...

Llevo días sonriendo al despertar, serán tus ojos invadiendo el lado más cálido de la cama, serán tus manos aprovechando que me desperezo lenta, así soy a ratos, ya me conoces. Será el olor a café que irrumpe en el dormitorio, tus labios que me provocan, será el amanecer.
Llevo días sonriendo nada más verte, y al tiempo, te observo, y te invito a hacerlo de nuevo. No sé que tiene tu boca que me vuelve loca, será tu sonrisa, será que el día se ha vuelto inconsistente, será que te deseo.


miércoles, 15 de noviembre de 2017

Me quedaría a vivir en tu abrazo...

Me quedaría a vivir en tu abrazo, ese que sabe como a estar en casa, y confeccionaría un hilván de momentos para amenizar el resto del tiempo, pero con hilo grueso, para que no haya nada que pueda romperlo. Y al llegar la noche desataría una cadena de sensaciones: esa primera mirada, el primer roce, tu risa y mi sonrisa, las pautas y los enlaces, ¿te acuerdas de aquella tarde de verano en la que aparcamos todo y salimos a pasear?
Y no digamos si me pierdo entre tus caricias, las de ahora, las intensas, las que penetran en la piel sin sobresaltos pero llenas de emociones, cariño, si así fuera ya no habrá forma de echarme de casa.



martes, 14 de noviembre de 2017

Lo nuestro será posible...

Lo nuestro será posible. Serán tus ojos los que me acaricien, tus labios los que saboreen los rincones más profundos de mi cuerpo, serán tus deseos y mis hálitos la melodía nocturna que nos acompañe cada noche.
Lo nuestro es posible, que digo, es una maravillosa locura apetecible para los cinco sentidos.


miércoles, 8 de noviembre de 2017

Shoda...

Gracias por llegar a mi vida.
Gracias por aceptarme.
Gracias por hacerme la persona más feliz del mundo.
Por esa mirada que dice tanto. 
Gracias por adaptarte a mi vida y a mi mundo.
Por acompañarme mientras escribo, enroscada.
Por esperar mi regreso cada vez que salgo de casa.
Gracias por despertarme cada mañana, qué más da la hora, porque verte tan feliz me llena de alegría. 
Por estar al cabo del día junto a mí, en ese sofá al que saltas como un torbellino.
Por escuchar música conmigo. 
Gracias por suspirar cuando estamos juntas al final del día y por esa mirada que me enamoró, y por la que firmaría ahora mismo pasar el resto de mi vida contigo.
Te quiero, Shoda. 


domingo, 5 de noviembre de 2017

Cada vez me lo pones más enrevesado...

Cada vez me lo pones más enrevesado, pretendes que adivine qué deseas sin que nos hayamos visto en todo el día. Tres guasaps y un emoticono. Los estuve releyendo por si entre tus palabras dejabas algo que entrever, nada, si hubiera sido detective quizá hubiera pillado tu mensaje, pero soy sosegada, ya sabes que no estornudo antes de las once. Decidí entonces dedicarte uno de mis microrrelatos, saqué la libreta de crípticos mensajes y elaboré uno con todas tus señales: aquel silencio en nuestra primera cita al concluir la ensalada de canónigos, ese roce imprevisto en la cocina mientras abrías una botella de vino en el segundo encuentro, tu mirada húmeda la noche del estreno, mis labios silenciados por los tuyos, las conversaciones hasta altas horas de la noche a contrarreloj, mi imaginación, tu soledad, la magia del paso de los días, las ganas de más.  

Hoy estás incluso más interesante que ayer, te observo por encima de la pantalla del ordenador al tiempo que concluyo este escrito, pestañeas y sonríes, te respondo tácitamente con mi mirada, tal vez mañana te cuente que cuando me falta la inspiración te uso para armar un esquema de nocturnos, sin plagiar a Chopin. Puede que incluso me atreva a comentarte que hace días que te amo con locura.

 

jueves, 2 de noviembre de 2017

A veces me falta el tiempo...

A veces me falta el tiempo, tal vez es cuestión de agujas, o de relojes, pero ya sabes que no uso de eso, me sobran así como me sobra tu ausencia.
Llevo un rato observándote, la luz tenue del salón despliega tu sombra sobre la pared, me incorporo y me miras.
Hace horas que anhelaba el reencuentro bajo la atardecida, ese minuto de ingenio, o de locura.
Te amo, te lo comento así sin más, antes de que vuelva a faltarme el tiempo.