sábado, 9 de septiembre de 2017

Es sábado y creo que te amo...

Es sábado y creo que te amo.
Afuera llueve, tintinean los cristales desde la siesta. Intenté dormitar un sueño o dos, más tarde pretendí esperarte despierta, pero acabé perdiéndome, abandonándome entre todos nuestros recuerdos, entre la cebada y los nocturnos, entre tu boca y tus manos, siempre en el infinito de un lecho vacío.
Me besas para despertarme, me retiras un mechón de pelo que se me ha quedado enganchado en el pendiente, me observas profundamente, tanto que los lepidópteros se vuelven locos en mis entrañas. Te sonrío y tú te inclinas de nuevo, me rodeas con tus brazos hasta alcanzar la intimidad deseada, te incorporas algo presuntuoso, sabes de mis debilidades, conoces esos rincones de mi cuerpo que estallan con una simple caricia, dominas la contienda bajo las sábanas y la conciliación sin ellas. 
Te sigo en silencio, hay madrugadas en las que sobran las palabras, es sábado y te amo. 

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