Por fin te encuentro, llevo
horas buscándote, y alguna vida.
Apenas me has mirado, percibo
que el tiempo y la distancia nos ha borrado y ahora, todo sabe como la primera
vez.
Me siento a esperar, viernes, he
olvidado la hora, el mes y el día, a ti ni puedo ni lo pretendo. Cierro los
ojos y sonrío, noto que se acaba el día y tú continúas perfilando mis curvas
con tu mirada, una ligera brisa atesora ese instante, hace frío, me observas
inquiriéndome aquello que nos unió y lo que a día de hoy nos enlaza.
Me he
acostumbrado a quererte así, con las mariposas del reencuentro, la electricidad
de las caricias y la magia de observarnos desde dentro.
Noto tus manos acariciándome la
espalda al tiempo que me incorporo con la intención de atenuar las luces del
salón, ahora que te he hallado celebro que a estas alturas de la historia
estemos en el mismo lado de la vida.