La tristeza se ha apoderado de
mi alma, no hay melodía que me alivie ni recuerdo que me bese los ojos. Hoy no
siento más que melancolía. Agrupo mis intimidades, elaboro con ellas un relato y
lo tiro a la basura, allí donde deberíamos arrojarnos de vez en cuando y así
recordar qué efímera es la vida.
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