El amor viene solo, emerge sin sentido y con todos
los sentidos lo percibimos.
Esta noche parece que mi cansancio bordea tu
presencia, no me lo tengas en cuenta, el día se ha vuelto casi interminable,
para retrotraerme a la realidad siempre estás tú, lo sé. Me evado con ese tema
que tanto nos gusta, una copa de vino tinto en la mano y mi desnudez. Reparo
que estás ya de vuelta al escuchar el sonido de la ducha y tu voz tarareando
algo y recuerdo la primera vez que dormiste en casa, si tuviera que adjetivar
aquella noche sería algo tremendamente original, nada de conceptos
preconcebidos, nada de prolegómenos, nada de mensajes encriptados.
Y ahora mientras descanso en el sofá no veo el
momento de que aparezcas, de sentir tu húmeda piel, de oler tu perfume, de
saborear tus labios, de escuchar eso que me susurras siempre que me pretendes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario