sábado, 3 de diciembre de 2016

Vestida no es lo mismo...

Vestida no es lo mismo, las caricias se vuelven ásperas, te prefiero desnudo así como yo me encuentro. Y no hablo de hábitos ni de ropajes, me refiero a ese desabrigo que alcanzamos en soledad cuando el paso de los días se sabe gélido, a ese disparate magnífico de vaciarse por dentro para llenarse de alegría. Nos agarramos con la excusa al pudor para no soltar prenda, ni en el strip poker lo haríamos mejor. Tememos enseñar todas las cartas, las arrugas, los pliegues, las vergüenzas y las desvergüenzas.
A tu lado he descubierto la disparatada naturalidad,  la sorprendente improvisación, la infinita cadencia de los días, la armonía de los desajustes y sobre todo, a desnudarme por dentro, que por fuera no es lo mismo.


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