lunes, 26 de diciembre de 2016

12 imágenes para el 2016...



1. Invierno a la orilla del mar, en el Médano.

2. Visitas de amigos que saben tan bien, hasta el punto de que las copas levitaron.

3.  En marzo viajé a La Palma, por trabajo y con la avidez del descubrimiento de una isla preciosa que enamora.

       4. Abril: uno de los cumpleaños más improvisados y maravillosos, gracias a todos los que lo hicieron posible. 

  5. Siempre me ha gustado el teatro…MUECA en los bajos del hotel representando una de miedo.

6. Junio: Regreso a mi tierra y con ello, al lago, y a la mejor compañía.

     7. Julio: mudanza, adaptación, rutinas, empieza una nueva etapa vital a mitad de año, nunca es tarde. Ayer trabajé, hoy toca un partido de baloncesto, mañana quién sabe…

     8. Este mes de agosto sabe a Bloody Mary junto a la piscina, y cada vez los preparo mejor

              9. Septiembre y Salamanca, la luz y la piedra de esta ciudad dorada, que a día de hoy siento mía.

10. En octubre regresé a la isla a ver pasar por el altar a un gran amigo. ¡Qué bien lo pasamos!

11. Noviembre se fusiona en tres momentos, todos artísticos, el concierto del músico Quique González, el estreno de la película “Raquel” de la que soy coguionista y el nacimiento de mi tercera novela “Mulligan Carter”.

12. Diciembre golpea fuerte, como Mulligan Carter.

domingo, 18 de diciembre de 2016

2016 con los cinco sentidos...

"Cariño, si supiéramos todo con exactitud meridiana, las decisiones no serían valientes, las miradas no protagonizarían escenas oníricas en el estomago, ni tampoco notaríamos ese aliento en la nuca, ese abrazo y, por supuesto, ese beso que marca el inicio de toda una época de intensa radioactividad y si me permites ser carnal, de pasión ilimitada."

De nuevo hago el balance de este año usando los cinco sentidos:

La IMAGEN que guardo de este año es una escena maravillosa allá en el Puerto de la Cruz, en el ático donde vivía, aquella última cena "teodorina", extraordinaria, fantástica...

La MELODÍA que le doy es la canción de Bumbury, "Porque las cosas cambian"... (Tenías razón cuando me recomendaste escucharla)

El TACTO son los guantes de Mulligan Carter ;-)

El SABOR que más me acaricia este año, además del de los ósculos pretéritos añorados, es el del café recién hecho, al amanecer...o a media tarde.

Y el OLOR es el de mi hogar, que en realidad es el mío y que guarda una infinita calma...

¿Os animáis?
 

viernes, 16 de diciembre de 2016

El dolor...

El dolor se define como una sensación molesta. Puede ser física o psíquica. Duele. Siempre duele.

Este desconsuelo trabaja a destajo cuando sufrimos un impacto inesperado, comienza en el cerebro y baja a través del tronco encefálico para informar a cada una de las partes implicadas qué va a ocurrir. A los pies les pondrá un peso devolviendo la imagen de un preso con su bola; a las piernas por inducción las bloqueará; al alma le impedirá seguir, confiándole un secreto terrible, ese que dice que está sufriendo por algo imposible de reparar; y al corazón le arrancará el latido, le golpeará con fuerza y le sacará el aire.

Nuestra misión es mucho más sencilla que la de esta aflicción, solo debemos atacar a un miembro, el que pone en funcionamiento todo este mecanismo, se le llega con los ojos bien abiertos y una sonrisa en los labios, se le embiste sin dudas, se le dice, “me dueles, las magulladuras y moratones saldrán con el tiempo, pero con el tiempo se irán, y yo seguiré, aquí, viviendo, porque yo puedo y porque estoy viva”.

martes, 13 de diciembre de 2016

Soy una osezna...

Soy una osezna, a veces me parezco más a ellas que a mí misma, sobre todo cuando en lo único que pienso es en hibernar. Soy animal y me imagino las gestas más sobrehumanas al llegar la primavera, con los primeros retoños y los brotes verdes, con la cadencia de la mañana que amanece lenta, con ese sol que acaricia sosegado, soy así de fiera, en el mejor sentido de la palabra, y de mi vida.


sábado, 3 de diciembre de 2016

Vestida no es lo mismo...

Vestida no es lo mismo, las caricias se vuelven ásperas, te prefiero desnudo así como yo me encuentro. Y no hablo de hábitos ni de ropajes, me refiero a ese desabrigo que alcanzamos en soledad cuando el paso de los días se sabe gélido, a ese disparate magnífico de vaciarse por dentro para llenarse de alegría. Nos agarramos con la excusa al pudor para no soltar prenda, ni en el strip poker lo haríamos mejor. Tememos enseñar todas las cartas, las arrugas, los pliegues, las vergüenzas y las desvergüenzas.
A tu lado he descubierto la disparatada naturalidad,  la sorprendente improvisación, la infinita cadencia de los días, la armonía de los desajustes y sobre todo, a desnudarme por dentro, que por fuera no es lo mismo.