Intensa, mantengo la mirada siempre hasta que el
corazón me lo permite; sumo incluso cuando resto, porque en la sustracción está
la diferencia, y a mí siempre me ha gustado ser dispar.
Con las ideas claras, así como un amanecer que
caduca al final del día, me atavío tan solo con la piel, me sobran los hábitos y
las costumbres, adoro el silencio de la nota perdida y el sonido reconocido del
dulce hogar.
A partir de hoy seguiré siendo igual de imperfecta,
no pretenderé enamorarme ni que te enamores de mí, navegaré sin rumbo, pero con
tino; degustaré los momentos con calma, no arremeteré contra el futuro como si
fuera lo único en mi vida, porque no es así. Viviré el presente, aminoraré la
velocidad de crucero, reduciré la presión y evitaré la sal. Y ya en serio,
caminaré descalza cada día, sin artificios, sin demora, pisaré la tierra que me
ha visto nacer, crecer y amar, y sonreiré. En todas estoy yo, en cada una de
ellas soy yo.
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