lunes, 18 de julio de 2016

Vivir con tu ausencia es más sencillo en mis historias...

Vivir con tu ausencia es más sencillo en mis historias. Embarqué en el transbordador, confiaba en que en el último minuto cambiarías de parecer y te vendrías conmigo. La travesía pecó de mareosa, yo de soñadora, como siempre.

En el hotel no habían recibido ninguna orden del exterior, ningún mensaje, el desayuno comenzaba a las 7 AM, la cena a las 7 PM. Alimenté mi desaliento con una cerveza en el bar del hall, revisé los correos, interpreté las ausencias y subí a la habitación capicúa.

Llené la bañera, puse algo de música y me evadí. Llamaron a la puerta, me incorporé y me cubrí con una toalla, entreabrí la puerta, un empleado portaba una nota en blanco, la miré y la dejé sobre la cama. Terminé de secarme y regresé a la habitación, “Buenas noches, querida”, dijiste con una botella de champagne en la mano.

Si hay algo que me vuelve loca de ti es esa increíble capacidad que tienes para sorprenderme, para modelar las estructuras hipotéticas, para hacer que tire la toalla sin tocarme.


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