domingo, 24 de julio de 2016

No sé ni en qué día vivo...

No sé ni en qué día vivo. Regreso a casa algo acalorada, me revienta tanto calor, se me nubla la vista y no sé organizar palabras encadenadas, ni sugerirte una madrugada de esas locas que tanto nos enloquecen. Y es cierto que adoro que estés en mi vida, que me encanta saberte y notarte, y en ocasiones sentirte más allá de la piel, mas en estos momentos no veo el momento de desnudarme, de dejar caer sobre mi cuerpo una gélida lluvia de andar por casa y de encerrarme.
Me interrogas tácitamente si necesito algo mientras en el estéreo suena Madeleine Peyroux, te observo a golpe de abanico y cierro los ojos, me invade una suave sensación de alivio, noto tus manos moldeando mis pies.
A veces me pregunto qué verías en mí aquella noche.



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