Cuando
salí de la ducha tenías el ventanal abierto de par en par, habías encendido una
velas en el salón para crear ambiente, fuera el olor a tierra mojada me invadió,
me abrazaste por la espalda y sentí tu cálido aliento en mi nuca, dejé de
respirar. Nunca una apnea comentó tanto de una perturbación atmosférica.
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