jueves, 7 de julio de 2016

Adoro las tormentas de verano...

Adoro las tormentas de verano, y las de otoño, las que se derriten al contacto. Llegué pasadas las nueve. Aún no había comenzado a llover, tú ya estabas ensaladera en mano preparando algo para picar. Me ofreciste una cerveza pero preferí un beso.

Cuando salí de la ducha tenías el ventanal abierto de par en par, habías encendido una velas en el salón para crear ambiente, fuera el olor a tierra mojada me invadió, me abrazaste por la espalda y sentí tu cálido aliento en mi nuca, dejé de respirar. Nunca una apnea comentó tanto de una perturbación atmosférica.


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