domingo, 22 de mayo de 2016

Llevo diez minutos en el hall del hotel...

Llevo diez minutos en el hall del hotel. Dijiste que llegarías pronto, la camarera me ha servido la segunda copa de champagne, un pianista acompaña la escena. En las mesas vecinas conversan sobre este invierno tan gélido que ha llegado a las islas, en su idioma y a fuerza de jarras de cebada.
Y miro hacia la terraza, ha empezado a llover y refresca, no veo el momento de desnudarme en el cálido encuentro. Ya han pasado veinticinco minutos y sigo aquí, no se trata de esperanza o cabezonería, me quedo porque sé que vendrás, en esto consiste la confianza, en desplegar las alas y volar, en permanecer aunque la corriente nos lleve, aunque todo se vuelva gris. Si me quedo es porque sé que en breve llegarás. Ya son años de combinarnos y de sabernos.


Percibo tu mirada, estás al final de la escalera, te observo, me enloqueces, por un instante te habría pedido a los Reyes Magos, pero a estas alturas de nuestra existencia no creo en nadie más que en mí, y en ti cuando me ausento.


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