martes, 3 de noviembre de 2015

Mi casa tiene nombre de barco...

Mi casa tiene nombre de barco, tal vez porque en la proa se celebran reuniones, se avista el mar, el atardecer y el Teide.
Mi hogar es un ático consentido, una palabra exorcizada, un navío impulsado por el viento, una vela que nunca se apaga.
Mi morada se denomina así porque una noche arribaste a mi vida, en galera incluida, hablaste de amarrar, de abordar la madrugada, del calado, la cartografía y capeaste mi temporal personal.
Mi nao es una quilla y yo su capitana.


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