jueves, 29 de octubre de 2015

sábado, 24 de octubre de 2015

Sería hermoso descubrirnos sin más...

  
Sería hermoso descubrirnos sin más. Encontrarnos sin querer y saborearnos. Escucharnos en silencio y con los ojos cerrados. Oírnos con la naturalidad de aquellos que se sienten engarzados al estar juntos.
Seamos piezas de un mecano, música y oído, manos y abrazos, labios y besos, amantes y, sobre todo, amigos.

jueves, 22 de octubre de 2015

Estoy insoportable...

Estoy insoportable, del verbo insoportar, ya, ya, lo sé, no existe, pero ya te he comentado que estoy inaguantable, así que te toca soportarme, cariño, con todos mis complejos.
De cualquier forma es fácil, hoy ni estoy, arreglaré la ensalada con sal marina y vinagre de Modena, abanicaré las palabras para que no suenen demasiado irritantes, me tropezaré contigo en la cocina con curiosidad, te escucharé relatarme tu jornada mientras deshago mis nudos, me preguntarás como cada vez que me hallo así, por qué resulto tan irresistible en pijama, con el pelo empapado y ese gesto confuso.
Me arroparé en el sofá bajo la manta y esperaré que pase el temporal. A fuerza me vas conociendo, menos mal, me sirves un té con mucho limón y enciendes el estéreo, te acercas y me abrazas.
Si en ocasiones estoy así creo que es porque añoro tus abrazos con nocturnidad y alevosía.

martes, 13 de octubre de 2015

Hoy vengo a hablarte de rutinas...

Hoy vengo a hablarte de rutinas, de esas que se repiten y se iteran cada día. Unas veces tuyas, otras mías. Los hábitos nos transforman en seres automáticos.  Hoy quiero contarles que temo las rutinas que se asientan en los sofás, las que recorren los mismos kilómetros cada día en busca de un beso, las que no se truecan y siempre son las mismas.

Abogo por las sorpresas, por los impulsos, por barrer al atardecer lo que el amanecer ha ensuciado. Ámame porque tú quieres no porque yo te lo diga.


domingo, 11 de octubre de 2015

Dulce magnetismo...

No veo el momento de que aparezcas. El día se ha hecho largo, excesivamente absurdo. Abro una botella de vino de las que tenemos reservadas para emergencias innovadoras, hoy es una de ellas. En el estéreo suena Stacey Kent, en la puerta unas llaves. El tirante del vestido de medianoche sin llegar a entretiempo, se desliza hacia tus manos. Me sonríes y te adelantas medio centímetro, me rodeas por la cintura e improvisas un baile nocturno en el salón. Las velas lanzan señales de humo en la terraza, invocan a la pasión. Apagas la luz y me abandonas en mitad de la sala. No me impresiona la oscuridad, lo nuestro es un dulce magnetismo. 


sábado, 10 de octubre de 2015

Ni puentes ni acueductos...




Ni puentes ni acueductos, tres días para nosotros dos. Almacenaremos en la despensa viandas y bebida, encenderemos la chimenea, en el exterior el viento gélido de la montaña y frente al ventanal el inmenso azul.
Amanecer con apetito y hacer el amor sin límites, sin horas y con pasión. Me apetece algo de picar, me incorporo y voy directa a la nevera, un zumo y frutas variadas, desnudos nos sentamos en el suelo del salón frente al crepitar del fuego. Hablamos sin perder la madeja de las conversaciones, podríamos estar horas y horas comunicándonos, sobre y bajo las mantas, y esto no es magia ni se trata de un amor idílico, es cuestión de encajar y nosotros lo llevamos a cabo de forma perfecta.
Y hay instantes en los que nos desvanecemos entre la niebla, recorremos caminos inhóspitos por separado en silencio, ese que no duele, y podríamos permanecer así horas, y, repito, no se trata de amor perfecto, se trata de encajar, encajar con respeto.
Alcanzaremos el atardecer sin hábitos, piel sobre piel y algo de música, me habrás recordado porque estamos juntos, habrás renovado tus votos, y finalmente almorzaremos comprometidos con la madrugada, con la oscuridad y con el nuevo amanecer.

jueves, 8 de octubre de 2015

Me marco un blues...

Me marco un blues porque me lo pide el alma. Y te la vendo.
Escribo un cuento, te lo leo y tú cierras los ojos mientras lo hago.
Brindo por tu felicidad, esa que a veces compartimos.
Tengo tu canción metida entre mis labios y tu mirada entre mi piel.
Destápame, arrópame, abandóname, desliza por el aire las notas perdidas de noches interminables, agárrame y puntéame.
¿Cuánto decías que pagarías por mi alma?




martes, 6 de octubre de 2015

domingo, 4 de octubre de 2015

Yo quiero estar y ser soltera, contigo y a veces sin ti...




Yo quiero estar y ser soltera, contigo y a veces sin ti. Quiero ser yo, simplemente yo, no necesitar de ti para sentirme completa, ya soy completa. No quiero sufrir con tu ausencia o tus tardanzas al contestar un mensaje, no quiero llorar por tus desdenes, antes de que lleguen apaga la luz y vete, por favor, prometo que yo ni encenderé una vela.

La vida está formada de instantes y quiero que estés en los que quieras estar, que tengas tu propio esquema de momentos, pero que cuando estemos juntos no busquemos una razón, que estemos porque queremos estar, sin más, disfrutando al cien por cien.

Y quiero que mi vida sea un organigrama de secuencias personales, de rutinas titilantes en las que te halle al despertar y al atardecer, y que me beses con pasión, eso siempre, como si fuera la primera vez, y que si me ausento eches de menos mis despertares, pero sin traumas, sabes que siempre regreso al lado cálido de la cama. Yo te prometo que cuando esté contigo serás mi único móvil, el único teclado donde escribir mis mensajes y al que susurraré tiernamente al oído.

Y quiero estar y ser soltera contigo y a veces sin ti, en este viaje vital, ser tu compañera de viaje, sabes que se me dan bien los mapas. Que este periplo nos lleve a donde quiera llevarnos. Que nos comuniquemos, que conversemos en voz alta y en silencio, que no nos ahogue el mutismo, que sepamos qué deseamos con solo mirarnos.

Y quiero soñar entre tus brazos y en mi cama, y algunas madrugadas en la tuya. Yo lo único que te prometo que mientras estemos juntos seré yo.

viernes, 2 de octubre de 2015

Dicen que nada es para siempre...

Dicen que nada es para siempre, y yo pienso en tu sonrisa y en tus labios, y me dejo conquistar por tu mirada, esa que hallo cada día al despertar. A veces remoloneo buscándote entre las sabanas al tiempo que el despertador resuena cada cinco minutos. Las mañanas habitualmente juegan al escondite con nosotros, corro a la ducha, qué tarde es, huele a café, ya no estás, y tu nota junto al desayuno. Camino del trabajo escucho ese tema que se oía el día que nos conocimos, “Never known a love like this”, sonrío y se me aceleran las mariposas, que no el coche, y caigo en el tópico de pensar en ti a demasiadas revoluciones.

Y al llegar la tarde regresas y, como cada atardecida, me encuentras desconectada jugando con las palabras, me cubres los ojos y me besas en el cuello, siento tu perfume y el calor de tus manos en mi pecho, me quitas los auriculares, me desnudas y me envuelves en tu abrazo.

No sé si todo lo que empieza tiene un final, si algún día dejaré de madrugar a tu espalda, si el café me sabrá a quemado, si ese tema me retumbará hasta volverme sorda, si habrá un último atardecer para nosotros. Yo solo me dejo llevar, atardece un día más mientras escribo, estás a punto de llegar, regresarás a mi piel y yo a tu boca, hay melodías que no cambian a pesar de la música y de la letra.