lunes, 7 de septiembre de 2015

Hola princesa...



 “Hola princesa”, eso me soltaste al llegar a casa, me recordó entonces la película italiana aquella que vimos hace años en ese cine al aire libre. Cohabitábamos en casas distintas, desayunábamos en alcobas diferentes y no, no nos conocíamos.
Te miré al tiempo que sacaba una botella de vino blanco del frigorífico, tú me acercaste dos copas y vertí líquido en ellas. Comentaste que habías tenido mucho lio en el trabajo y que tenías una idea para el fin de semana. Sonreí. Me senté en el sofá y estiré las piernas hasta alcanzar tus ingles. Pusiste algo de música y seguiste hablando.
Adoro la estrategia que usas cada noche para llevarme a la cama, me invitas a escucharte, elaboras un mapa de recónditos lugares por mis piernas hasta alcanzar la punta de los dedos, yo interpreto volcanes con mis plantas, y para rematarlo preparas la cena.



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