lunes, 31 de agosto de 2015

El dulce satélite de los recién amados....

Recuerdo un amanecer lunar recién amerizaba desde la profundidad del infinito, aún no te conocía, pero estábamos en el mismo rincón aunque en vías diferentes, mas dejemos el pasado para cuando nos falten temas de conversación. Hoy es el plenilunio de agosto, el dulce satélite de los recién amados, hoy la luna se viste de grana.

En estos instantes nos encontramos en el cuarto oscuro de la ceremonia, en el diario que evocaremos ya de ancianos, en la despensa de los inviernos gélidos: quince días con sus apasionantes noches, medio mes de incandescencia a la orilla del mar, miles de horas para desnudarnos, amarnos y volvernos a arropar, para confesarnos que hay secretos inconfesables y para navegar entre los temores sin miedo. Millones de segundos con licencia para la soledad, para la compañía, para la música y el silencio, para las palabras y sobre todo para afianzar que lo mejor es poder compartirlo contigo.





domingo, 23 de agosto de 2015

Me encanta el jazz...

Me encanta el jazz. Sobre todo a estas horas en las que te observo como te quitas la camisa. Desabrochas los botones como si de una operación a corazón abierto se tratara, con mucha calma, mirándome profundamente hasta sacudirme por dentro.

Lo sé, el amor no es una ciencia exacta, lo estuvimos hablando anoche cuando me servías esa copa de vino blanco. Hay historias que comienzan en un café, otras al cabo de unos días, algunas se cuecen lentamente, hay algunas que surgen casi al concluir. La nuestra es de las únicas, ya te lo dijo el vendedor de periódicos de la esquina, “lo que usted tiene no lo he visto yo, son ustedes un fenómeno extraordinario”. Recuerdo que me eché a reír, ni tú ni yo creemos en el amor perfecto, somos de los de sentir y tocarse, de los de amar cuando llega el momento y de disfrutarlo mientras dure, no de prolongarlo hasta convertirlo en un esperpento de lo que fue. Quizá por eso seguimos juntos, porque nada es previsible entre nosotros, no existe rutina ni dependencia, formamos una de esas extrañas parejas que se arropan cuando hace frio y se despegan si hace demasiado calor, conversamos sobre todo y escuchamos jazz al atardecer.



sábado, 22 de agosto de 2015

Me caso...




Me caso, me lo pidió anoche mientras terminábamos de preparar la cena, abrió el frigorífico y sacó una botella de champagne. Le miré inquiriendo por el líquido elemento, me respondió con un monosilabio de los intensos.
Será algo muy íntimo, extremadamente entrañable, a ninguno nos gusta la pomposidad de ahí que la ceremonia sea en un emplazamiento poco conocido, un poco críptico y salvaje. Tampoco la hora ordenará lo establecido por el patrón normativo que rige este tipo de celebraciones, vamos a nuestro ritmo, acontecerá cuando tenga que surgir ni antes ni después, eso sí, mejor antes de que me deje dormir mientras le leo lo último que he escrito y él me amenaza con folgarme.

Nos casamos, fue algo intrépido, sin vergüenza, venteaba una brisa salitrosa y fresca, a eso de las dos de la madrugada, desnudos y con la íntima profundidad de la ceguera entre las sábanas buscándonos, solos tú y yo, sin más guión que nuestras manos y nuestros labios, en una tibia habitación y con la única realidad de querer estar ahí en ese instante.
Lo demás queda para nosotros y fuera de toda objetividad.

domingo, 16 de agosto de 2015

La intimidad...

La intimidad se concibe como ese estado de ser humano reservada a aquellos que te conocen más que tú mismo, un espacio que necesita de coberturas especiales, silencios, abrazos, miradas cómplices y besos.

En ella no es necesario disimular, todo se completa de forma natural, las palabras, las sentencias, los mutismos, los desasosiegos, las excitaciones, los deseos.

Hoy me siento entrañada y me siento a observarme dentro de mí, hoy es un día de esos en los que no anhelo que me cuentes cómo te ha ido la jornada, no es que no me interese es que no alcanzo a abrazarte y a sentir tu íntimo fogaje.

Estoy lo que se define entre mi alma y yo. 


jueves, 13 de agosto de 2015

Llueve...

Llueve. Lleva un rato cayendo ininterrumpidamente la tarde a base de nostalgias, vierte sobre la piel recuerdos pretéritos, qué estúpida, ¡como si los hubiera venideros!
La humedad se apodera de mi alma mientras te espero. En el estéreo Melody Gardot y ese tema que me pides que te tararee cuando hacemos el amor.
Y ya estoy al final del día, en el horizonte el mar, su infinita calma ahora con resaca, y tú, buscando el norte, me miras confuso al tiempo que te aproximas a mi brújula, te sirvo una copa de vino y calculo los Celsius a los que ha aumentado mi cuerpo al aproximarte.
En breve seguiremos la Ley de Dalton y el higrómetro dará nuestra posición en la estancia.

Fuera sigue lloviendo.


domingo, 9 de agosto de 2015

Eres sin querer y si quiero, eres tú.

Huele el vino a mejillones en escabeche y no hay nada que me guste más que tú. En estos momentos siento que estoy en ese momento de mi vida en el que tan solo quiero estar, sin más y sin menos, hallarme en ti desde la punta de los dedos y palpar todo lo que llegue, saborearte todo. Es hilarante, eres eso que aparece en mitad de una mañana de resaca, prepara un Bloody Mary y despeja el firmamento, y en la sobremesa juega un tute. Eres sin querer y si quiero, eres tú.

lunes, 3 de agosto de 2015

Cuántas anochecidas sin dueño...


Cuántas anochecidas sin dueño se quedan en el iris de la gente. Si tuviera que ponerle sabor a este atardecer sería el de una cerveza bien fresquita, si me dijeras que le diera un olor, me quedaría con el del mar embravecido. Si hubiera que ponerle una banda sonora, sonaría “Without you” de Eddie Vedder, si me pidieras que le regalara una palabra sería “CALMA”, y si me rogaras que le pusiera color, sería el de una película muda.

Recuerdo un atardecer con la punta de mis ojos que solo tus labios han besado.

sábado, 1 de agosto de 2015

Las emociones...


Las emociones son como las burbujas de champagne, que caen en la copa y se expanden de abajo a arriba, con un ritmo constante hasta que el liquido se agota y tan solo quedan restos húmedos, como cuando hacemos el amor de madrugada.