miércoles, 29 de julio de 2015

Tengo una historia en los ojos que busca piel para imprimir...


Tengo una historia en los ojos que busca piel para imprimir.
Tengo mariposas en el estómago que anhelan un corazón.
Tengo una cafetera encendida en la cocina que espera un cálido abrazo.
Tengo una sonrisa para ti que sabe a sal y a caramelo.
Tengo un trozo de playa en mis sueños donde pasean mis pies descalzos.
Tengo en las palmas de mis manos un GPS de tu cuerpo tatuado.
Tengo besos olvidados que aún recuerdo porque fueron míos, y en algún momento, tuyos.
Tengo una canción en la punta de la lengua que se tararea sola.
Tengo una palabra y un papel en blanco.
Tengo la eternidad de un instante dichoso.
 

Y tengo la posibilidad de ser lo que quiera ser, tengo imaginación, sentimientos, y un pedacito de cielo cuando duermo.


domingo, 26 de julio de 2015

Nuestra historia es como todas...


Nuestra historia es como todas, la única diferencia es que es de domingo y sabe a sábado.

Algunos lunes también nos reconocemos entre las sábanas, incluso desayunamos juntos los martes salvajes que nos recuerdan que estamos embargados por la melodía más tierna. Y al llegar los miércoles abandono mi piel entre tus manos, dejo que grabes la esencia de mi perfume para esos jueves obtusos y rectos, sin canción y bajo la lluvia. ¡Ah! A veces nos besamos bajo los paraguas, todo depende de la hora.

Y al alcanzar los viernes se me aceleran las mariposas y laten revoltosas por la casa, revoloteando entre dos copas de vino y tu mirada.

Nuestra historia es como todas, la única diferencia es que degustamos cada día y cada sábado nos volvemos a enamorar.



jueves, 23 de julio de 2015

Los esponsales del corsario...



Aquella mañana quise ser secuestrada por un pirata. Pensaba en el Capitán Sparrow, claro, tan guapo, tan moreno, tan aventurero, tan loco.

Bajé a la playa buscando el barco que me llevara lejos. En el horizonte la mar azotaba un velero hundido en un temporal ocurrido hace casi treinta años. Me senté en la arena, estaba tibia, era cosquilloso dejar entrelazar los dedos entre ella, arrugándolos. Al cabo de unos minutos un barco arribó a la playa, a bordo un hombre de tez oscura me indicó que subiera, alguien me esperaba para almorzar. Y como una es una soñadora subí a esa nao de bandera negra, donde los marineros cantaban eso de “ron, ron, ron, la botella de ron”. El trayecto fue breve pero intenso, el oleaje estaba embravecido. El viento golpeaba mi rostro salpicándolo de sal, era emocionante aventurarse así simplemente para comer.

Una vez llegamos al lugar indicado en el mapa (olvidé mencionarles que se me había dado un mapa al salir del pueblo costero, en el que había señalizaciones de donde quedaba la playa, a qué hora llegaría el piloto de la barca y donde estaría el pirata con el que iba a encontrarme). Dicho esto continúo, al bajar del bote me dejé humedecer los pies con el agua cálida del Caribe. Frente a mí una hilera de palmeras vareaban unas contra otras, ahuyentando quizá los demonios del mar. Y bajo un toldo de tela raída de color crema una mesa de madera donde dos copas de vino blanco esperaban ser degustadas. Antes de sentarme a la mesa, me eché en una hamaca de cuerda, me dejé llevar por el lento balanceo. El lugar era un paraíso, arena blanca, agua cristalina, viento suave, y de menú, langosta con vino blanco. ¿Qué más podía pedir?

Sí, había algo que podía pedir, que llegara el pirata anfitrión porque ya tenía apetito.

A los tres minutos de mi arribada apareció un hombre con la tez morena del sol, barba de tres días, calvo… (lo sé, los piratas llevan el pelo largo y barba, y una pata de palo, sin embargo mi bucanero era especial), llevaba una camiseta blanca de tirantes y un pantalón vaquero, iba descalzo. Se acercó a mí con una corona de margaritas que me puso en la cabeza, y un puñado de conchas que dejó caer sobre mis manos. Una voz aguardentosa dijo: “yo os declaro marido y mujer”.

Tras esto comimos y bebimos e hicimos el amor sobre la arena, y al caer el sol, salimos a navegar de nuevo, escondiéndonos tras el sol.

Nosotros somos los que decidimos qué soñar, dónde viajar y a quién besar. No dejemos nunca de hacerlo.

domingo, 19 de julio de 2015

Cuando soy buena, soy muy buena...


“Cuando soy buena, soy muy buena, cuando soy mala, soy mucho mejor” declaraba Mae West, y yo añado, cuando quiero soy lo mejor que puedes encontrar, mejor acostarnos esta noche que amanecer deseando haberlo hecho. No me prometas amor eterno, ni juegues conmigo, no pretendas que te busque cada madrugada, adoro saberte cerca conquistando territorio.


martes, 14 de julio de 2015

Día de la embarcación...

Un arco iris
Adorna mi muelle.
Chasquidos.
El color va mudándose
A lo largo de las horas.
Son las 6.
Flotando llegan
El y ella,
Ella y él.
Se rompe el silencio
Y mi alma.
Me rompo.
Se abre el puerto
Y deja que llegue
La brisa del Carmen.

sábado, 4 de julio de 2015

Interesante...

Interesante, esa es la razón por la que estás aquí. Reconozco que si fueras más bajo y tuvieras las manos pequeñas no quedaríamos en la misma conversación, ni tampoco en la misma frase, ni compartiríamos letras, pero tienes la mirada intensa, los labios carnosos y me hablas con palabras diminutas que saben a sobresdrújulas. ¿Qué parte de mi cuerpo te apetece acentuar?