domingo, 21 de diciembre de 2008

Te espero en mi lado de la cama...

Poco tengo que decir a estas alturas de la tarde.


Ayer recibí esa foto desde mi paraíso, cielo despejado, temperaturas de 24º, olor a mar.
Hacía tiempo que perdimos el contacto, creí que nunca más volveríamos a vernos. Recuerdo el ADIOS y la mirada partida en tres, arrugada, húmeda. De aquello han pasado años, meses, semanas, días, no sé, siempre olvido lo mucho que te añoro para no sentir saudade.
Fue una bella historia de amor, de esas que calzan un 41, que surgen en el ocaso del día, cuando las libélulas salen a pasear. Coqueteaba con el muelle, como otras tantas veces, saboreando una dorada al ritmo del mar, descalza; amenazaba con llover. Y apareciste TÚ entreteniéndote en observar los dedos de mis pies al tiempo que sonreías. Fue deliciosamente tierno. Y quedé perdida en tus ojos y en tus labios.
Los días fueron pasando, como pétalos de una margarita blanca, entre SÍ y NO, hasta que llegó el momento de quedarnos con el recuerdo. La distancia hizo su aparición en la historia y bajó el telón.
Aunque parezca que vagabundea la nostalgia y la tristeza por este instante, no es así, como dice Altraste, "te espero en mi lado de la cama, que es calentito".



Felices Navidades

2 comentarios:

aguaclara dijo...

"Fue una bella historia de amor", como todo lo acaecido en tu paraiso.Precioso y tierno el detalle de conemplar tus dedos de los pies, te sentirias como una reina...¡Presiento que puede repetirse!

Besitos

Glo dijo...

Aunque no lo creas es una bella historia de amor, ficticia, pero intensa...